Aunque a los que nos acercamos a ella desde fuera, la cultura vasca nos resulte pintoresca y muy singular, esta no deja de ser una adaptación a las características del territorio vasco de usos y costumbres que existieron a lo largo de los siglos en toda Europa.
Un ejemplo de lo anteriormente dicho es la literatura oral, que existió en todos los lugares del mundo como forma de transmitir los conocimientos que tenía cada pueblo, aunque en ningún sitio ha sobrevivido el paso del tiempo y la llegada de la modernidad y de la literatura escrita tan bien como en Euskadi. Aunque en este caso habría que sumar otros ingredientes de diverso tipo, como que hasta el siglo XVIII la mayoría de la población vasca hablaba euskera, pero no sabía leerlo ni escribirlo y que la literatura escrita fue tardía, escasa y la mayoría de poca calidad hasta casi bien entrado el siglo XX. Así que la transmisión de todos los conocimientos de la sociedad vasca se tuvo que hacer mediante la transmisión oral.
Un ejemplo de lo anteriormente dicho es la literatura oral, que existió en todos los lugares del mundo como forma de transmitir los conocimientos que tenía cada pueblo, aunque en ningún sitio ha sobrevivido el paso del tiempo y la llegada de la modernidad y de la literatura escrita tan bien como en Euskadi. Aunque en este caso habría que sumar otros ingredientes de diverso tipo, como que hasta el siglo XVIII la mayoría de la población vasca hablaba euskera, pero no sabía leerlo ni escribirlo y que la literatura escrita fue tardía, escasa y la mayoría de poca calidad hasta casi bien entrado el siglo XX. Así que la transmisión de todos los conocimientos de la sociedad vasca se tuvo que hacer mediante la transmisión oral.
Los primeros testimonios de esta literatura oral que se conservan fueron recogidos de forma muy fragmentaria por paremiólogos de los siglos XVI y XVII, como Esteban de Garibay y Arnaut Oihenart y utilizados por cronistas y genealogistas como Martínez de Zaldibia o Juan Pérez de Lazaraga en sus obras. Aunque la mayoría de los testimonios que conocemos han sido recogidos en los siglos XIX, XX y XXI. Entre los distintos recopiladores de esos siglos habría que citar a Resurrección María de Azkue, Jose Miguel de Barandiaran, el padre (o aita) Donostia y Manuel de Lekuona.
La literatura oral vasca se divide en composiciones tradicionales y no tradicionales. La tradicional permanece en la memoria colectiva a través del tiempo y la no tradicional es la que se olvida una vez pronunciada. Pertenecen a la literatura tradicional en verso: los romances o baladas, y las coplas antiguas, entre otros; en prosa, los cuentos populares; y como género dramático las mascaradas de carnaval. Entre las producciones populares no tradicionales estarían el bertsolarismo y algunas formas de teatro popular de Zuberoa.
LITERATURA TRADICIONAL
En verso:
Aunque hay más, los géneros principales de la literatura oral en verso son: las kopla zaharrak o canciones viejas y las baladas o romances.
Las kopla zaharrak datan de la Edad Media y están consideradas como uno de los tesoros más preciados de la literatura tradicional vasca. Son estrofas de cuatro versos: los dos primeros tienen un carácter simbólico y metafórico – normalmente basado en elementos de la naturaleza- y en los dos últimos se centra el tema del poema. Lo más característico de ellas es la unión aparentemente ilógica de los dos primeros versos y los dos últimos. En la actualidad su vigencia es reducida –a excepción de las del día de Santa Agueda- aunque antes se cantaban en las rondas de cuestación nocturna de los días de Navidad, Año Nuevo, Santa Águeda, Carnaval o San Juan.
Tapia eta Leturia: Abadiñoko Karmentxu
(ejemplo de kopla zaharra)
Otro de los géneros importantes de la literatura oral tradicional es la balada o el romance. Se trata de composiciones en verso de carácter narrativo que relatan, en la mayoría de los casos, acontecimientos históricos. Están relacionadas con el movimiento baladístico que se afianzó en toda Europa en la Edad Media y que ha perdurado hasta nuestros días, especialmente en los lugares donde el modo de vida tradicional ha resistido más a la vida moderna. De la mayoría de ellos solo nos han llegado unos poquitos versos, gracias a las crónicas de Garibay o Martínez de Zaldivia entre otros. El que narra el suceso más antiguo es el “Cantar de la batalla de Beotibar”. Los más famosos son el “Cantar de la quema de Mondragón” y el “Cantar de Bereterreche”.
También son baladas los eresiak, poemas elegíacos tardomediavales narrados por mujeres y que se refieren también a sucesos contemporáneos. Los más famosos son las “Endechas de Doña Milia de Lastur” y las “Endechas por la muerte de Martín Báñez”.
Benito Lertxundi: Beotibar
Narra el suceso más antiguo aparecido en la literatura vasca oral
En prosa:
Pertenecen a la literatura tradicional en prosa los cuentos y las leyendas, que se iban transmitiendo oralmente de generación en generación.
La mayoría de los cuentos vascos son muy parecidos a los de otras literaturas europeas e incluso del mundo. Su función era servir de entretenimiento en los ratos de ocio. Quizás la única diferencia con los cuentos en castellano es la presencia que en los cuentos vascos tiene la Virgen María, mientras que en otras literaturas son más frecuentes las hadas.
Las leyendas en cambio, tienen más interés, ya que este género está basado en hechos reales, que se han ido transformando totalmente a lo largo del tiempo. Por eso, las leyendas están unidas a un lugar concreto del que toman referencias, de ahí que todos los relatos protagonizados por personajes de la mitología vasca estén situados en lugares concretos, conocidos y documentados, acompañados de referencias geográficas o históricas reales. No habrá leyendas sobre el Basjaun o las lamias, por poner dos personajes de la mitología vasca, que no estén ligadas a un lugar concreto.
Las lamias y una de sus leyendas
Teatro:
La única muestra teatral perteneciente a la literatura tradicional son las mascaradas de carnaval, que solo subsisten en Zuberoa.Sus personajes, representan, por un lado, diversos oficios y estamentos sociales y, por otro, algunos animales como símbolos de la naturaleza; y se dividen en dos bandos: los rojos, que representan a los suletinos y los negros, que hacen de extranjeros.
Las representaciones se desarrollan en un registro cómico, con partes habladas y partes gestuales. En las primeras, los rojos hablan en euskera suletino y los negros en francés o bearnés. Sus gestos escenifican batallas y parodias de los trabajos de los distintos gremios. Tanto los textos como los gestos se han ido repitiendo generación tras generación desde épocas remotas.
LA LITERATURA NO TRADICIONAL
Pertenecen a la literatura oral no tradicional, es decir, a aquella que se olvida nada más producirla el bertsolarismo y el teatro popular suletino.
El bertsolarismo consiste en la improvisación cantada de un discurso en verso que estará sometidos a una rima y a una métrica determinadas. Y es precisamente todo el discurso, toda la estrofa, lo que se conoce como bertso.
En cuanto a su origen, lo único que sabemos es que la primera muestra prueba que tenemos data del siglo XIX, aunque muy probablemente nació en la época del Neolítico, como muchas otras manifestaciones de literatura oral.
Puede relacionarse la bertsolaritza con muchas otras muestras de literatura oral del mundo, pero según los expertos en tradición oral en ningún lugar del mundo la literatura oral ha logrado la aceptación que tiene la bertsolaritza en el Euskadi.
Las estrofas más usuales son el zortziko y el hamarrekoa, de ocho y diez versos respectivamente; y pueden ser handia o txikia, según el número de sílabas de cada verso. Riman solo los versos pares, a la que se conoce con el nombre de “punto” y, a diferencia de la rima de las lenguas con acento de intensidad, en las que dicho acento marca el comienzo de la rima, el punto se basa en la homofonía desde el final del verso hacia atrás, de forma que cuanto mayor sea la homofonía más rico será el punto. Por tanto, la rima asonante no está permitida o se considera muy pobre.
El bertsolarismo ha sido siempre una de las manifestaciones de la literatura oral que ha gozado de mayor éxito de público. Antes lo más habitual era que se cantaran los bertsos en reuniones familiares, pero se tienen noticias de fiestas populares celebradas en los siglos XVIII y XIX en las que los bertsolaris eran escuchados por miles de personas, venidas, incluso, de pueblos vecinos.
En la actualidad esta popularidad se mantiene, como queda reflejado tanto en la afición del público incondicional como en la atención prestada a este fenómeno por parte de los medios de comunicación.
Cierra este repaso por la poesía oral vasca el teatro rural vasco, que se conserva únicamente en Zuberoa y en las comarcas colindantes de la Baja Navarra. Se divide en tres géneros: las pastorales, las farsas carnavalescas y las farsas chariváricas.
El género más extendido es el de las pastorales. Las representaciones de pastorales duran todo un día y su puesta en escena responde a pautas absolutamente tipificadas: los personajes que representan el Bien –cristianos y ángeles- visten de azul y mantienen posturas solemnes, y los que representan el Mal –turcos, satanes- van de negro y se comportan de manera torpe y escandalosa. Algunos estudiosos emparentan algunas de tales representaciones con los misterios franceses del siglo XV pero adaptados a un medio rural, sin embargo, los primeros testimonios de este tipo de teatro son del siglo XVII. Su repertorio, que podría pasar de las doscientas obras se clasifica en obras: religiosas, profanas, caballerescas e histórico – legendarias.
Las farsas carnavalescas, por el contrario, se reducen a tres: Baccus, Phanzart y Le jugement et la condamnation de Carnaval. Son piezas que solo se representan en Carnaval, al menos desde el siglo XVIII. Están basadas en obras teatrales francesas más antiguas y comparten algunos personajes con las pastorales.
Por último, las farsas chariváricas o astolasterrak están destinadas a criticar o condenar determinadas actitudes sociales que se salen de lo normal. En estas representaciones la comunidad se rige en acusación y ridiculiza, juzga y emite el veredicto contra quien ha osado a trasgredir la normalidad. Hay tres tipos de farsas chariváricas: galarrotsak (en Labourd y Baja Navarra), tzintzarrotsak (Soule), que son cencerradas y serenatas nocturnas acompañadas de coplas satíricas que se cantan junto a la casa del “inculpado”, y los charivaris diurnos, que reciben el nombre de astolasterrak o carreras de burros en Soule y tobera-mostrak en la Baja Navarra. Las farsas chariváricas tienen un prólogo y un epílogo y la actuación se divide en dos partes: la primera representa los motivos que han dado lugar al charivari, mientras que en la segunda se procede al castigo de los culpables. Son anteriores a la caída del Antiguo Régimen.
El bertsolarismo consiste en la improvisación cantada de un discurso en verso que estará sometidos a una rima y a una métrica determinadas. Y es precisamente todo el discurso, toda la estrofa, lo que se conoce como bertso.
En cuanto a su origen, lo único que sabemos es que la primera muestra prueba que tenemos data del siglo XIX, aunque muy probablemente nació en la época del Neolítico, como muchas otras manifestaciones de literatura oral.
Puede relacionarse la bertsolaritza con muchas otras muestras de literatura oral del mundo, pero según los expertos en tradición oral en ningún lugar del mundo la literatura oral ha logrado la aceptación que tiene la bertsolaritza en el Euskadi.
Las estrofas más usuales son el zortziko y el hamarrekoa, de ocho y diez versos respectivamente; y pueden ser handia o txikia, según el número de sílabas de cada verso. Riman solo los versos pares, a la que se conoce con el nombre de “punto” y, a diferencia de la rima de las lenguas con acento de intensidad, en las que dicho acento marca el comienzo de la rima, el punto se basa en la homofonía desde el final del verso hacia atrás, de forma que cuanto mayor sea la homofonía más rico será el punto. Por tanto, la rima asonante no está permitida o se considera muy pobre.
El bertsolarismo ha sido siempre una de las manifestaciones de la literatura oral que ha gozado de mayor éxito de público. Antes lo más habitual era que se cantaran los bertsos en reuniones familiares, pero se tienen noticias de fiestas populares celebradas en los siglos XVIII y XIX en las que los bertsolaris eran escuchados por miles de personas, venidas, incluso, de pueblos vecinos.
En la actualidad esta popularidad se mantiene, como queda reflejado tanto en la afición del público incondicional como en la atención prestada a este fenómeno por parte de los medios de comunicación.
Un trozo de la película bertsolari, muy
recomendable por su tratamiento de la bertsolaritza.
El género más extendido es el de las pastorales. Las representaciones de pastorales duran todo un día y su puesta en escena responde a pautas absolutamente tipificadas: los personajes que representan el Bien –cristianos y ángeles- visten de azul y mantienen posturas solemnes, y los que representan el Mal –turcos, satanes- van de negro y se comportan de manera torpe y escandalosa. Algunos estudiosos emparentan algunas de tales representaciones con los misterios franceses del siglo XV pero adaptados a un medio rural, sin embargo, los primeros testimonios de este tipo de teatro son del siglo XVII. Su repertorio, que podría pasar de las doscientas obras se clasifica en obras: religiosas, profanas, caballerescas e histórico – legendarias.
Imagen de una pastoral de Zuberoa. Los que van vestidos de azul representan el Bien, y los que van vestidos de negro, el Mal |
Las farsas carnavalescas, por el contrario, se reducen a tres: Baccus, Phanzart y Le jugement et la condamnation de Carnaval. Son piezas que solo se representan en Carnaval, al menos desde el siglo XVIII. Están basadas en obras teatrales francesas más antiguas y comparten algunos personajes con las pastorales.
Por último, las farsas chariváricas o astolasterrak están destinadas a criticar o condenar determinadas actitudes sociales que se salen de lo normal. En estas representaciones la comunidad se rige en acusación y ridiculiza, juzga y emite el veredicto contra quien ha osado a trasgredir la normalidad. Hay tres tipos de farsas chariváricas: galarrotsak (en Labourd y Baja Navarra), tzintzarrotsak (Soule), que son cencerradas y serenatas nocturnas acompañadas de coplas satíricas que se cantan junto a la casa del “inculpado”, y los charivaris diurnos, que reciben el nombre de astolasterrak o carreras de burros en Soule y tobera-mostrak en la Baja Navarra. Las farsas chariváricas tienen un prólogo y un epílogo y la actuación se divide en dos partes: la primera representa los motivos que han dado lugar al charivari, mientras que en la segunda se procede al castigo de los culpables. Son anteriores a la caída del Antiguo Régimen.
Las galarrotsak eran serenatas nocturnas para condenar a aquellos que se salieran de la normalidad. A través de http://www.unibertsitatea.net/blogak/kintana/tag/kabalkada/ |
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